lunes, 28 de diciembre de 2015

Despedida.

DESPEDIDA.


Hoy es un día triste para todos, lloramos porque recordamos a aquella mujer fuerte, divertida y amable que con su partida cambia muchas tradiciones familiares. Era costumbre celebrar la partida del año en su casa, de igual forma, los que vivimos en nuestro municipio, en cualquier momento de la tarde o de la mañana, aprovechábamos para ir a su hogar, saludarla y comentar sobre diversos aspectos de la vida. Ella por lo general mantenía de buen humor,  tenía una frase para toda ocasión, que nos hacía reír en el momento, y que hoy, nos hace recordarla. 

Mi nona Graciela, dejó un gran legado, entre el que puedo destacar, su fortaleza, y su amabilidad que hacía que su casa siempre fuera conocida como un sitio de puertas abiertas para familiares, vecinos, amigos del municipio y de otros lugares, su cariño incondicional también era dirigido a los animales propios y extraños, seres que nunca faltaron en la familia, y que hoy, de cierta forma, sienten su partida.

Y en este rápido ejercicio de descripción, no puedo olvidar la cita semanal que muchos de los que hoy ya somos adultos, cumplimos cuando éramos unos niños, la cual consistía en acompañar a mi nona en el proceso de la preparación de las gelatinas de pata. Raspar con una cuchara la miel de la olla, el batido del garabato y esperar por los recortes de las gelatinas, fue una tradición mantenida por muchos años, eran esos momentos que hicieron únicos nuestra infancia, y que hoy con nostalgia, y gratitud recordamos.

Dentro de sus cualidades, también debo mencionar que era una mujer muy detallista, siempre estaba lista para darme un regalo el día de mi cumpleaños, e incluso, ya a mis 25 años, pocas veces me dejaba ir de su casa sin darme una galleta, un dulce, una fruta o una moneda para que comprara algo, y se molestaba cuando no le recibía nada.

A mi familia, en su gran mayoría presente hoy, le pido que no olvidemos reunirnos en la cocina en donde solíamos pasar tiempo con ella, cocina en donde siempre vamos a caber todos, cocina que siempre estará llena de calor humano, lugar que gracias al abrigo proveniente de la estufa de leña, siempre será un buen espacio para compartir el tinto y la mestiza que tanto le gustaba a mi nona, acompañados de anécdotas de nuestras vidas.

Ahora recuerdo cuando la visitábamos y preparaba chocolate, al momento de servir siempre me decía que para mi comodidad, fuera al comedor, pero por lo general me negaba, porque me gustaba disfrutar de su compañía en la cocina.

Solo espero que mi nonita esté en un lugar en el que no falten los gatos y los perros que tanto amaba, gracias Chelita por haber compartido tus mejores momentos con nosotros, en esta vida que si bien en momentos en complicada, a veces es tan dulce como las gelatinas de pata que tanto nos gustaban.

Por último, quiero agradecer a todos los que hoy nos acompañan, y a todos los que ayudaron a mi nona de una u otra forma, durante su vida.


Chao nona, ya no estarás para contestarnos la bendición. Gracias por tanto. 

lunes, 10 de agosto de 2015

MI QUERIDO LUKIS.

Muy temprano, muy de mañana un 7 de agosto, rondalla, una pequeña perra criolla amarilla de nuestra propiedad, dio a luz, y en su primer y único parto, trajo a este mundo en donde supuestamente el ser humano es racional, a tres bellos cachorros: dos machos y una hembra. Uno se diferenciaba de los demás: Era totalmente negro, y además, lucía un pelaje más largo en comparación a los otros. Todos fueron recibidos con amor, aunque bien se tenía la certeza que después de algunos meses, se debían regalar dos de ellos, pues no había cama para tanto perro. Con aquel  pequeño cachorro de pelaje más largo, fue amor a primera vista, regalarlo no era ni siquiera una opción.

Y así, el pequeño barbitas, llamado en ocasiones lulo, también lucho, y tiempo después lukis, creció en un hogar en donde el amor alcanzaba hasta para los animales. Si, lo recuerdo muy bien: Tres perros, un gato y una que otra gallina, esas eran las riquezas que nos acompañaban.

En su infancia, mientras estrenaba dientes, hizo una que otra travesura: como por ejemplo, dañar algunas sandalias, masticar las esquinas de los cuadernos y de uno que otro libro.

Lukis nunca fue un perro reconocido por sus capacidades físicas: sin embargo, cuando la familia salía de paseo, trataba de seguir el ritmo en sus cuatro patas: tampoco era un perro que inspirara miedo, ¿Quién le podía temer a un perro peludo el cual engordaba a medida que pasaban los años? Sin embargo, cuando algún extraño, bien fuera humano, perro o gato interrumpía en la vivienda, con un ladrido hacía notar su autoridad.

Su familia siempre lo recordará por sus evidentes cualidades: Hogareño, fiel a sus amos, pues no era muy dado a dar muestras de cariño a personas diferentes a su círculo familiar. A la hora de comer tenía ciertas preferencias: le gustaba la comida casera, pero como los tiempos cambian, y en el pueblo llegó para quedarse el concentrado o purina para perros, Lukis se habituó a este estilo de vida, y en sus últimos años su dieta consistía en “pepas”…en un principio eran de las más baratas que ofrecía el mercado, pero luego, debido a que empezó a tener compañía perruna, se hizo fan del dog chow y otras marcas con mayor reconocimiento, y a pesar de su edad, gozaba mucho del alimento para cachorros.

Le gustaba roer hueso, pero cuando empezó a perder los dientes, se debió conformar con carne sudada, que su dueña (mi mamá) con mucha paciencia, se encargaba de picarle en pequeños pedazos, para que no sucediera ningún accidente. Así mismo, en ocasiones, disfrutaba de una salchicha, generalmente frita.

También tenía predilección por las galletas navideñas, por los productos que llevaran coco y por la gelatina de pata. Las sopas nunca fueron de su preferencia.

A propósito de las galletas navideñas, con tal de consumir algunas en noches de velitas, estaba dispuesto a sufrir las consecuencias, por ejemplo, que su pelaje se empezara a quemar. Pero nunca pasó a mayores, siempre nos dábamos cuenta, y lo apartábamos del fuego.

Cuando compartíamos nuestros alimentos en el comedor, era habitual que llegara con su andar lento, y apoyara sus dos manos en nuestras piernas, exigiendo que le compartiéramos un pedazo de arepa, de queso o de pan.

Cuando iba a la casa de la señora Graciela (mi nona), ella lo regañaba, porque no comía lo que le ofrecía.

Se dejaba poner gorros o sombreros de sus dueños, como se puede comprobar en algunas fotografías que se dejó tomar.

En su biografía, se puede destacar que en el marco de una semana cultural del ITA ROG, ganó un concurso, al ser el perro criollo más bonito del año 2006. Así mismo, en sus últimos años de vida, poco salía, pues su caminar era muy lento. Cuando la familia decidía llevarlo a alguno de sus paseos o caminatas, tocaba alzarlo en un buen trayecto del camino…y vaya que era pesado.

No se pueden olvidar las jornadas de cambio de look, cuando a mi papá le tocaba apartar un día especialmente para peluquearlo. En el día destinado para bañarlo, se quedaba quieto y se dejaba echar agua  y enjabonar, sin ni siquiera hacer el intento de escaparse.

De igual forma, en sus últimos años de vida, tuvo que compartir el cariño de la familia, con cachorros que le hacían la vida difícil, pues no le respetaban su condición de antigüedad en el hogar: Sin embargo, el con paciencia se acostumbraba, y con tristeza veía como aquellos compañeros de juego no volvían, por culpa de aquella gente sin corazón, a quienes no les tiembla la mano para mezclar comida con veneno.

¿Quién no sabe quién es Lukis? Aquellos que conocen a mi familia, saben del personaje que les hablo, aquel perro que últimamente se la pasaba acostado la mayor parte del tiempo, pero que trataba de hacer entender que el estaba presente, por medio de sus ladridos.  

Cuando nació Lukis, yo tenía 11 años, estaba cursando el grado sexto. Por 14 años permaneció en nuestro hogar, tratarlo como un simple perro sería injusto, pues no queda dudas de que fue parte de nuestra familia. Durante su existencia nos acompañó en todo momento: Infancia, adolescencia, edad adulta, graduaciones de colegio y universidad, cambio de vivienda, etc.

Ahora tengo 25 años, y con tristeza tuve que presenciar como mi querido amigo se despidió de este mundo. La última semana fue muy difícil, fue duro verlo sufriendo y entender que no se podía hacer nada, pues la vejez no tiene piedad con ninguna especie, y sabíamos que lo mejor era que muriera para que no siguiera sufriendo, pues un perro tan especial como el, no merecía tener dicho fin.

Afortunadamente el día más temido, el día en que amaneció muerto, por esas circunstancias de la vida no estaba en mi casa. Llegué en la tarde y tenía miedo de preguntar por su suerte, pero al final lo supe, y aunque era una noticia esperada, no por esto dejó de ser triste.

Estoy ahora, tratando de ver entre mis lágrimas, para explicarle a quien desee leer este sencillo homenaje, que cuando se es criado en un ambiente de respeto hacia la naturaleza y hacia todos los seres que hacen parte de ella, incluido el ser humano, uno se interesa por lo que sucede alrededor, porque simplemente, es importante.

Porque un perro es algo más que cuatro patas, y pelos, porque hay perros que han estado presentes en las buenas y en las malas de una familia, porque cuando todo parecía estar mal, siempre estaba aquella mascota con su inocente cara, acompañando, aunque no entendiera lo que estaba pasando.


Mis lágrimas son de tristeza por el amigo que se fue, pero también de agradecimiento por estar 14 años a nuestro lado. Siempre lo tratamos bien, y le supimos descifrar sus caprichos. Descansa en paz mi querido Lukis, estaré guardando galletas navideñas para compartirlas algún día.  

martes, 28 de julio de 2015

Celebración cumpleaños ITA ROG.

Comparto con ustedes, estas palabras escritas con mucho cariño, las cuales leí en la celebración del cumpleaños de nuestro plantel educativo, sé que de algún modo, reúnen el sentir de todos aquellos que hemos sido parte del Instituto Técnico Agrícola Rafael Ortíz González. 


…NUESTRO PASO POR EL COLEGIO…

Estudiar en este colegio, significó pasar una de las mejores épocas de nuestras vidas, siendo vigilados por la majestuosidad del cerro de las tres niñas.

¿Cómo no recordar aquellas actividades especiales que nos sacaban de la rutina? Con nostalgia evocamos los días de campo, cuando madres, padres, o estudiantes, o en ocasiones todos, se unían para mejorar las condiciones de la finca, esfuerzo que al final era recompensado con un buen plato de sancocho.

¿Y que decir de los días deportivos, con aquel equipo cuyos bafles eran gigantes, en donde los éxitos musicales del momento trataban de hacerse notar, a pesar de la distorsión del sonido? Se que muchos recordarán los efectos especiales de aquel artefacto, los cuales eran la sensación de la época, y también las bromas que nos gastábamos entre amigos por medio de las famosas complacencias, donde por $100 y $200 (con derecho a una canción), nos inventábamos romances falsos entre nuestros compañeros, quienes en un primer momento se sentían avergonzados, pero luego, comprendían que todo hacía parte de la tradición de estos días especiales.

¿Y las semanas culturales? Se empezaban a planificar con bastante antelación, para tener los mejores resultados. Deportes, danzas, gastronomía y cultura en general, eran los componentes de esta gran celebración que se realizaba por lo general en el mes de octubre, en donde participaba toda la comunidad educativa, y en ocasiones, colegios de otros municipios, se unían a la festividad.

¿Cómo olvidar las comisiones? Cuando por grupos, teníamos la responsabilidad de alimentar conejos, curís, pollos, truchas, cerdos y bovinos, según el grado que cursáramos, además de asear las respectivas instalaciones. Aunque muchos no éramos expertos en estas labores, hacíamos nuestro mejor esfuerzo.

Son muchos los recuerdos ligados a este plantel educativo, así como ustedes, jóvenes estudiantes, están construyendo los suyos. Cada vez que un grupo de ex alumnos se encuentran,  aprovechan para contar sus anécdotas en este centro educativo: viajes, izadas de bandera, presentaciones culturales, eventos deportivos, clases, preparación de alimentos, profesores, trabajos, son los principales temas que salen a relucir.

Diversos personajes alrededor del mundo lo han expresado, la educación es la mejor herencia que podemos recibir, así mismo, un pueblo educado  tiene más oportunidades de progresar.

Profesores: Siéntanse orgullosos de su profesión, conociendo que tienen la responsabilidad de educar en una época con múltiples cambios que hacen de la enseñanza, un proceso con múltiples dificultades. Tengan la certeza de que el trabajo bien hecho siempre va a ser agradecido.

Estudiantes: Disfruten su niñez, su adolescencia y su juventud, aprovechen cada día para aprender aspectos positivos para su vida, y  ante todo, nunca dejen de soñar. Ustedes son presente, y también futuro.

Los ex alumnos, en esta fecha especial que nos une, los invitamos a sentir orgullo de este, nuestro colegio, el cual ha aportado en la construcción de seres integrales útiles a la sociedad. Es un privilegio ser parte de un colegio agrícola, de que entre nuestros uniformes esté incluido el de trabajo, somos auténticos, tenemos la ventaja de estar conectados con la naturaleza, algo que no todos pueden decir.

Así mismo, eso genera en cada uno, la responsabilidad de contribuir  a que cada día, esta sea una mejor institución en todos los ámbitos,

Felicitaciones querido colegio, y que sean muchos años más de educación integral, GRACIAS!!