lunes, 7 de julio de 2014

DESPUÉS DEL 4 DE JULIO…



El día 4 de Julio a la 1 pm, mi hermano, 5 años mayor para mi, sonreía y decía: “Yo no puedo creer que la selección Colombia esté en cuartos de final en un mundial”, no pude evitar llorar, de orgullo, al reconocer que llegar hasta ahí no había sido fácil, pero también tenía la ilusión de verla avanzar.
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Dos días después de la eliminación de la selección Colombia del mundial de Brasil, he decidido escribir, porque creo que esta es la única forma de liberar tantos sentimientos que este hecho deportivo ha causado. Respecto al fútbol, no recuerdo otra tarde más triste que esa. Lloré las eliminaciones del Real Madrid en semifinales ante el Bayern y ante el Borussia Dortmund, lloré la eliminación de la selección  Colombia sub20 en el mundial realizado en nuestro país, al igual que la eliminación de la misma en el campeonato de Turquía. Pero no recuerdo nada parecido a esto, llorar una noche entera y cada vez que recuerdo ese partido, incluso cuando hablo con otras personas. Sé que todos expresamos nuestra tristeza, nuestra rabia, nuestra impotencia de diversas formas, algunos se lo toman de manera más tranquila…claramente, ese no es mi caso.

Leer tuits tampoco me tranquilizó, mucho menos ver imágenes y programas deportivos, la impotencia que causa el saber que se pudo llegar más lejos, que había con qué es algo doloroso. Muchos dicen que me tomo el fútbol muy en serio, que simplemente es un deporte, pero para mí el fútbol es algo más.

Ver a James Rodriguez, uno de los futbolistas que más admiro desolado, escuchar la voz quebrada de Pékerman, y la tristeza de los demás futbolistas fue algo que me afectó. Eso sólo lo puede lograr un grupo de personas comprometidas con su profesión, responsables, respetuosas con un deporte y con un país que confió y sigue confiando en ellos.

El primer mundial del que tengo recuerdos, fue el organizado en Francia, en el año de 1998, estaba muy pequeña y no me interesaba mucho el fútbol, eso sí, recuerdo claramente que perdimos ante Rumania, le ganamos a Túnez y finalmente sufrimos una derrota por parte de Inglaterra.

Luego llegó la Copa América de 2001, se podrán decir muchas cosas de ese torneo que ganamos, pero la felicidad de ese momento, no nos la quita nadie. Claro, también pensamos que teníamos un puesto asegurado en el mundial de Corea y Japón, tristemente no fue así. Tampoco estuvimos presentes en Alemania ni en Sudáfrica, los días de gloria parecían lejanos.

Me hablaban de Italia 90, de USA 94, de los magníficos jugadores que teníamos. Lo de Italia 90 fue maravilloso, lo de USA 94 fue desastroso, lo de Francia 98 fue el ocaso. Me hablaban del 5-0, de como muchos tocaron el cielo tras ese partido, que en realidad fue la vía a la tragedia.

A medida que han pasado los años, me he interesado  en ir más allá de los 90 minutos. Me he encontrado con documentos sobre la selección Colombia de los 90’s, el mundo reconocía y sigue reconociendo el talento de hombres como el Pibe y el Tino, pero no se puede ignorar que a la senda de gloria iniciada en el mundial de Italia no se le dio continuidad, por el contrario, el narcotráfico, la violencia, y otros factores infectaron al fútbol, lo que dio como resultado la triste muerte de Andrés Escobar, un hecho que siempre estará presente en nuestra historia, manchando de vergüenza a este bello deporte. Un hombre que cometió un error deportivo, asesinado por esa clase de miserables que inundan a este país y no lo dejan avanzar. Un futbolista magnífico, con un futuro glorioso al que se le apagó la vida, por culpa de la suma de errores de sus compañeros y cuerpo técnico. Un equipo que no se mentalizo para hacer historia, que pensó que siendo invicto en todos los partidos amistosos, y que siendo el favorito de muchos, bastaba en un mundial.

Un cuerpo técnico que no valoró ni estudió a sus rivales, que prefería tener feliz a la prensa del país, y en donde la concentración, más parecía una fiesta constante. El asistente técnico le ayudaba a la estrella de turno a escaparse de dicho lugar, para encontrarse con la actriz de moda.

Antes del partido ante USA, se amenazó la vida del cuerpo técnico y sus familias, el pedido era que no se pusiera a jugar a Barrabas Gómez, el hermano del Bolillo Gómez. Si, Barrabas Gómez, el mismo que en una entrevista dijo que la selección Colombia, esta, la NUESTRA, no iba a pasar de fase de grupos y que el ranking FIFA era una mentira…El cinismo de muchos es aterrador. Y escribo en mayúscula la palabra nuestra, porque siento que esta si nos pertenece.

En fin, a esa selección llegaron muchos sin merecerlo, y lo peor, tomaron un puesto en la titular. Con los que antes compartían cenas, y fiestas, luego repartieron amenazas y se llevaron la vida de Andrés. Con todos estos antecedentes de amenazas y miedo, jugaron el partido ante USA, con la concentración mermada, temiendo por sus vidas y las de sus familias, enfrentaron dicho partido. El resultado no podía ser otro, un autogol de Andrés Escobar, una error que muchos han cometido en el fútbol, pero  que en esa Colombia que no nos gusta, que no nos gustaría que existiera, dicho error fue visto desde otra perspectiva, Andrés Escobar fue culpado de la pobre actuación en USA, como si Colombia no hubiera estado eliminada ya, mentalmente, desde el 5-0, ese fatídico 5-0.

Los colombianos conocemos algunos detalles de lo que ocurría en esa época, porque los futbolistas, técnicos y directivos contaban todo sin ningún tapujo, y aún hoy lo siguen contando, sin ninguna vergüenza. Algunos futbolistas que participaron en ese torneo dicen que lo de ese mundial no les afectó porque así es el fútbol…que lástima que los asesinos de Andrés no hayan pensado de esa manera. Claro que es fútbol, y que uno puede reír, llorar, gritar, y de ahí no se debe pasar…el lastimar a otro por un escudo o por una camiseta no tiene justificación, pero al menos hubieran pensado en los hinchas que se ilusionaron, en las expectativas que crearon, pero no, porque en esas épocas, se decía que lo importante era clasificar.

Y no fue culpa de ellos, de por sí, en nuestro país  la mediocridad y el conformismo sobresalen, por tal razón, las injusticias predominan. En ese caso, la selección fue el reflejo de nuestra sociedad.

Es aquí en donde me acuerdo de un detalle sucedido en mi casa, que mis papás me contaron. Ellos que siempre han sido futboleros, estaban como cualquier persona del país, ilusionados con la actuación de la selección Colombia en ese mundial, así que compraron un afiche, lo pegaron en lo que antes había sido un cuadro, lo decoraron con lana amarilla, azul y roja en los bordes. Después de la triste actuación en USA 94, quitaron ese cuadro del puesto que le habían asignado y lo arrumaron, buscando así olvidar una presentación lamentable. Creo que desde esa época mi mamá no es capaz de ver un partido de la selección Colombia.

En el nuevo milenio se intentó de todas las maneras regresar a un mundial, cambiando jugadores, “reencauchando” técnicos, probando con algunos del FPC y con los de las divisiones menores de la selección. Hay que hacer énfasis en que Reinaldo Rueda y Eduardo Lara hicieron un magnífico trabajo en dichas divisiones, futbolistas como James Rodríguez, Santiago Arias, Falcao, entre otros, trabajaron con alguno de ellos, o con los dos. Pero el cambio de técnicos constante en la selección de mayores, hacía que los procesos se interrumpieran y no llegaran a un buen término.

Debido a este fenómeno, un delantero magnífico como Juan Pablo Ángel se quedó sin la oportunidad de ir a un mundial, de igual manera, Iván Ramiro Córdoba, el talentoso defensor, quien hizo parte de la convocatoria en el mundial de Francia 98, pero que por decisión del técnico fue relegado a la banca, tampoco tuvo la oportunidad de regresar a un mundial para tener revancha personal siendo titular.

Cuando se volvió a confiar en Hernán Darío Gómez para que comandara a la selección en el camino hacia el mundial que se está disputando, muchos estaban de acuerdo con esa decisión, principalmente porque este técnico además de clasificar a Colombia a un mundial, había hecho lo mismo con Ecuador. Personalmente, no fue de mi agrado. No sé por qué, pero ese señor siempre me ha molestado, me fastidia la forma en la que habla, en la que se viste, no quería verlo dirigiendo a mi selección, pero parecía que no había otra opción que apoyarlo.
Llegó la Copa América, estábamos ilusionados a pesar del fútbol pobre que demostró la selección, fuimos eliminados por Perú, en un partido que terminó de una forma desordenada, con muchos delanteros pero sin nada de ideas, una tarde en la que Falcao fue visto como villano.

Quedaba esperar las eliminatorias, y justo en el mundial sub20 realizado en nuestro país, ocurrió el incidente entre el DT y una mujer, en un bar de la ciudad de Bogotá. El hecho no pasó desapercibido y pronto todo el país tuvo conocimiento del mismo. Aunque algunos futbolistas lo apoyaron, incluso muchos periodistas, (como no), el altercado causó repudio y el DT terminó renunciando.

Algunos periodistas (ya se imaginarán cuales) decían que todo era doble moral, que lo importante era lo futbolístico, y bueno,  se desgastaron mucho pensando en inventar excusas, en realidad creo que todos los colombianos queríamos pegarnos de algo que sirviera para que el Bolillo se alejara de nuestra selección, y el destino ayudó. No sé qué hubiera pasado, si esto no hubiera sucedido, guiándome por los antecedentes de dicho personaje, quien no tuvo ningún reparo en tener en el banco de suplentes a uno de los mejores defensores de América, por poner a otro que no le llegaba ni a los talones. Incluso me acuerdo que durante la copa América disputada en Argentina se le preguntó por James Rodríguez y su respuesta fue muy vacía, es bien conocido que dicho DT tiende a confiar muy poco en los jóvenes.

Luego continuó Leonel Álvarez, ex futbolista de la selección Colombia y asistente del Bolillo, quien tuvo un buen inicio ante Bolivia, pero que no supo ratificar ese resultado cuando se ofició de local. 1 punto de 6 disputados encendían las alarmas, se debían tomar medidas desde ese momento, de lo contrario, se correría el riesgo de estar ausente, nuevamente, del mundial.

Muchos nombres se barajaban, que el más indicado fuera un extranjero molestó a muchos DTS nacionales…y a los periodistas, cosa rara. Pero se mantuvo firme dicha decisión, y finalmente fue José Néstor Pékerman  el elegido para comandar a la selección Colombia. Dicho técnico Argentino, quien jugó en  el Independiente Medellín, ha sido más reconocido por su carrera como técnico, brindándole a su país glorias en cuanto a campeonatos sub20, también fue DT de la selección Argentina de mayores. 

En mi caso, cuando lo vi, supe que en el si se podía confiar, no sólo por sus antecedentes como DT, sino por la forma de expresarse y por la seriedad que demostraba. Tranquilo al ganar, tranquilo al perder, siempre con las palabras justas. Seguro no fue fácil para él, su trabajo también fue en la parte mental, el hacerle creer a cada uno de sus jugadores en una idea, en un sueño, pero ante todo, hacerlos creer en ellos mismos.

Y así fue, la fe en ese grupo por parte de los hinchas no cesaba, aun cuando los resultados no eran los esperados. Y eso es lo que le dolió, y le sigue doliendo a la prensa, que sus críticas no hicieran mella ni en los futbolistas ni en los hinchas, pero ante todo, no se repusieron de que el DT no les pasara información confidencial, como otros lo hacían. Parece que a don José poco le afecta lo que digan algunos en sus insulsos programas de radio, los ignora como lo que son, como unos payasos.

Pékerman, ha confiado en futbolistas jóvenes, pero también ha depositado su confianza en otros más experimentados, como Faryd Mondragón, y Mario Alberto Yepes. Ha hecho que un futbolista como James Rodriguez despliegue su talento en pro del equipo, pero ante todo, ha hecho que un país se una en torno a un grupo, ha hecho que el amarillo predomine en las calles, ha hecho que muchas personas, como es mi caso, esperen con ansias un partido de su selección, para verlo junto a su familia.

Lo sucedido en los mundiales del 94 y del 98 nos hizo mucho daño, nos quitó la confianza. No le reprocho nada a los que no creían en esta selección, a los que pensaban que se iban a devolver rápido e iban a hacer el ridículo. Al fin y al cabo, nuestra mejor presentación en un mundial parecía algo lejano, muchos nacimos en Junio de 1990, ni manera de recordar ese suceso futbolístico.         

Recuerdo que en mi infancia y adolescencia, era común escuchar: “Mejor no clasificar al mundial, ¿para qué, para que hagan el oso?” e indudablemente recurrían a USA 94, para explicar dicha opinión.

Yo viví los mundiales de Corea-Japón, Alemania y Sudáfrica con mucha nostalgia, en cada partido escogía una selección pero obviamente ninguna me representaba, ni aunque tuviera muchos títulos o buenos futbolistas, yo simplemente quería volver a escuchar mi himno, ver los colores de mi bandera…pero eso parecía imposible.

Confiaba hasta donde era numéricamente posible la clasificación, me ilusionaba tras algunos resultados, ¿Cómo no ilusionarme tras un gol hecho de Chilena por el tigre Castillo, tras pase de Juan Pablo Ángel? ¿Cómo no ilusionarme tras ganarle a Argentina en Bogotá? Pero luego venían las seguidillas de derrotas, la esperanza en los milagros en las dos últimas fechas, se acababan las posibilidades, y siempre se pensaba en que la próxima vez si sería la vencida.
Me acuerdo de las noches y las tardes amargas en donde cualquiera venía y nos ganaba en nuestra casa, me acuerdo de las goleadas recibidas en Bolivia y en Chile, de la impaciencia que daba verlos jugar…de esperar un partido con pocas ilusiones, porque la actitud dentro de la cancha no correspondía a las expectativas.

Mientras en las eliminatorias que nos llevaron a Brasil, si era necesario no iba a clases, y no veía la hora de que mi selección jugara, en esos tiempos ni quería que llegaran las fechas de los partidos. Pero siempre había un poquito de fe, a pesar de las claras limitaciones de muchos de nuestros futbolistas.

Así que lo de Pekerman es invaluable, ha hecho un trabajo magnífico y no me cansaré de decirlo, Mario Alberto Yepes ha sido un gran futbolista que siempre estuvo en las malas de la selección, don José le dio el voto de confianza y Yepes ahora puede decir que representó dignamente a su país. Por algunas fallas que tuvo Yepes en las eliminatorias y en algunos amistosos pensé que no iba a dar la talla en el mundial…y que equivocación, en realidad no tengo palabras para describir lo magnífico que fue, mejor capitán no podemos tener. Merecido que tras tanto luchar, el fútbol lo haya recompensado de tan bella manera.

Así mismo, no estaba de acuerdo en que Faryd fuera el segundo arquero. Sin embargo, su liderazgo, y la imagen emotiva que nos dejó en el partido ante Japón, es algo que siempre recordaré. Ante 24 años de carrera deportiva, sólo me queda aplaudir. Así mismo, me quedo con lo que escribió en una foto que subió a instagram con sus compañeros de la selección: “Esta es el mejor grupo al que he pertenecido…”, creo que con eso lo ha dicho todo.

James Rodriguez, ¿Qué puedo escribir de él? Todo el mundo POR FIN reconoció su talento, algunos ya sabíamos con antelación de sus cualidades futbolísticas, porque hemos tenido la dicha de seguirlo desde su paso por el Porto, el torneo de Toulon, el mundial sub20, las eliminatorias y el Mónaco. Podría decir que también lo sigo desde su paso por la selección sub17, desde el pony fútbol, su paso por el Envigado y en el Banfield, pero sinceramente en esa época poco sabía de él, era mi hermano el que lo veía en el Banfield y me decía que “un tal James” jugaba muy bien. Con tan sólo 22 años, no le quedó grande el mundial, se convirtió en el goleador histórico de la selección, con sus goles nos hizo felices, con el gol que le marcó a Brasil nos ilusionó y sus lágrimas nos hicieron llorar. Ovacionado por el rival, reconocido a nivel internacional.

Juan Fernando Quintero,  hizo un gol y tiene muchísimo más para dar, de eso estoy segura, hay que revisar su carrera profesional, para darse cuenta que es un luchador, Santiago Arias, otro de los jóvenes en quien Pekerman depositó su confianza y no lo hizo quedar mal.

Juan Guillermo Cuadrado, quien brilló con luz propia gracias a su magia y talento,  quien tras tener una infancia difícil y habérsele cerrado muchas puertas en el inicio de su carrera, ha demostrado que la perseverancia y el querer luchar por los sueños, conllevan al éxito (ver, carta a Juan Guillermo Cuadrado http://www.elespectador.com/deportes/futbolcolombiano/carta-juan-guillermo-cuadrado-articulo-498210 )

Camilo Zuñiga, jugador magnífico, tratado injustamente por la prensa Brasileña y por algunos tuiteros “malotes” que parecen olvidar que el fútbol es un deporte de contacto, no vale la pena profundizar sobre ese tema, aquí lo importante es que Zuñiga es un futbolista muy talentoso, como lo ha demostrado en los clubes en los que ha estado, y que no desentonó en la selección, a pesar de no haber jugado en la temporada debido a que se estaba recuperando de una lesión.

Pablito Armero, la alegría de la selección, el hombre de las coreografías. Abel Aguilar, resistido por muchos pero que  demostró lo injustos que hemos sido, tuvo un buen mundial y terminó haciéndonos falta ante Brasil.

David Ospina, el magnífico arquero que tenemos, desde aquí puedo darme cuenta lo caballero que es, un orgullo para todos.

Y los demás: Guarín, Sánchez, Valdés, Zapata, Balanta, Carbonero, Vargas, Mejía, Teo, Jackson, Ramos, Bacca, no tengo reproches con ninguno, sólo agradecimientos.

Igualmente los que por lesiones o por decisiones técnicas no estuvieron: Falcao, Macnelly, Valencia, Muriel, Ramírez, Perea, Mosquera, Medina, Soto, gracias, porque también hicieron parte de este sueño, y aportaron para que se hiciera realidad.

Es cierto que en el partido ante Brasil se cometieron errores, que se regaló un tiempo, que Colombia se acordó de su fútbol muy tarde, así mismo, el árbitro también incidió de cierta manera, no tanto en el marcador pero si en la dinámica del juego. No quiero hacer énfasis en eso, porque suficientes lágrimas he derramado tras ese partido, y prefiero quedarme con lo bueno, lo cual no se puede olvidar tras un encuentro en el que no se dio el resultado esperado.
Así que en mi mente seguiré guardando la ilusión que tuve hasta el 4 de Julio,    la alegría de escuchar como el himno de mi patria retumbaba en el extranjero, el colorido de los colombianos en las tribunas de los estadios brasileños, la alegría de nuestros futbolistas, reconocida por el mundo, las coreografías, la admiración hacia el buen fútbol practicado por nuestra selección. Guardaré la alegría en los rostros de aquellos con los que hablaba y al igual que yo, estaban ilusionados con llegar más lejos, los padres de la mano con sus hijos luciendo con orgullo  la camiseta amarilla, los jóvenes a la expectativa por ver por primera vez a su selección en un mundial, eso nadie nos lo puede quitar, ni siquiera el árbitro español.

También recordaré la voz quebrada de Pékerman diciendo que quería mucho a un país que lo ama y que reconoce lo que ha hecho, porque sin duda, una nación que tiende a dividirse por todo, por regionalismos tontos, por equipos de fútbol, por política, se unió gracias a ese grupo de 23 hombres que nos demostró que los colombianos podemos ser mejores de lo que hemos sido. Que nuestros ejemplos no deben ser aquellos que están sedientos de sangre y poder, sino que nos debemos fijar en nuestros deportistas, y en todos aquellos que luchan firme y  honestamente por cumplir sus metas.

Nuestras lágrimas son de orgullo, de impotencia, de rabia, nuestras lágrimas tienen muchos motivos, pero entre ellos no está la vergüenza. Porque ellos, nos representaron muy bien, y lo mejor, es que hay un gran futuro, ahora sólo queda superar la tristeza normal de la eliminación, mirar para adelante y esperar   los próximos retos de la selección. También, desearle a cada uno de nuestros futbolistas, éxitos en su carrera profesional, pues eso merecen.

Espero que Pékerman continúe siendo nuestro DT, que no nos deje caer en las garras de los periodistas y de aquellos quienes sólo buscan la satisfacción personal y no piensan en lo que una selección de fútbol representa para un país. Es extraño que en un país en el que todo lo malo que cualquier ser humano puede imaginar ha ocurrido, las lágrimas sean causadas por un partido de fútbol.

Gracias a todos aquellos extranjeros que nos apoyaron, que reconocieron el talento de los nuestros. También un saludo para aquellos que deseaban que nos fuera mal, y que siempre le hacían fuerza a nuestro rival y se alegraron tras nuestra eliminación, quiero decirles que no eliminaron del torneo, pero la felicidad que nuestra selección nos provocó es invaluable.  

Nuestra historia en los mundiales es pequeña: 5 participaciones, esta ha sido la mejor, desde cualquier óptica en la que se observe. El planeta fútbol no se detiene aquí, y siempre habrá revanchas. Nos podrán decir agrandados, nos podrán cantar los goles de Brasil, nos podrán decir que nuestras vitrinas están vacías, se podrán referir a nosotros como drogadictos y narcotraficantes: hay gente que no ve más allá de lo que le muestran, por lo tanto nunca  aceptarán que la alegría, la esperanza y la unión no vienen en forma de trofeos. Sólo que si usted no es Colombiano, le va a ser difícil entenderlo.  

La "derrota" de Colombia fue el triunfo de muchos periodistas deportivos, y de muchos ex futbolistas y DTS, que en lugar de reconocer el buen trabajo de los demás, prefieren buscarle el lado malo y criticar algo que ellos no fueron capaces de hacer, por culpa de su mediocridad, siento pánico de que esa clase de gente vuelva a tomar las riendas de nuestra selección, QUÉDATE PEKERMAN!!

Me parece increíble que la tristeza de muchos sea la alegría de unos pocos, pero al parecer así ha funcionado en muchos ámbitos en este país, la realidad así lo expresa.

Tras el recibimiento apoteósico hecho a los nuestros, en donde miles de personas interrumpieron su rutina dominical y madrugaron en familia para saludar a los hombres que hacen parte de la selección, no hay mucho que decir: Ellos perdieron un partido pero ganaron el respeto y el amor de todo un país, Colombia es agradecida con quienes le hacen bien. Después de verlos llorar y con la tristeza reflejada en sus rostros, me alegra volverlos a ver felices, bailando, sonriendo, como deberían estar siempre.

Debemos olvidar las justificaciones que incluso muchas personas reconocidas hacen de aquello que ha manchado y marcado a nuestro país, la realidad es que sí hay otras formas de construir un mejor futuro, lejos de lo que tanto nos ha hecho daño.

Así que le agradezco a nuestra selección y a deportistas como Nairo Quintana, Rigoberto Urán, Mariana Pajón, Catherine Ibargüen, entre otros, por hacernos quedar bien a donde quiera que van, por lucir nuestra bandera con orgullo, y por hacernos vibrar de emoción, GRACIAS TOTALES!!

Finalmente, debo decir que para mí el mundial terminó el 4 de Julio, ahora, cualquier referencia al mundial que no implique a Colombia me fastidia, espero que no gane Brasil, y si gana, que no vayan a ser descarados los robos a sus rivales. Eso sí, podrán conseguir la sexta copa, pero el juego bonito lo asesinaron hace rato, junto al juego limpio.

PD1: Mi hermano dice que a Colombia le hace falta perderle el miedo a Brasil, el último triunfo de nuestra selección ante ese equipo creo que fue en el 92, él es optimista y dice que hay oportunidades de vencer ese miedo escénico que se ha mantenido por años.
PD2: Nuestra selección es tan grande que me hizo volver a escribir.
PD3: Lloré escribiendo esto.

PD4: Lo escribí basándome en mis emociones, disculpen las equivocaciones y las incoherencias, gracias por leerme…porque si están aquí, es porque leyeron lo demás, ¿no? 

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